Un atleta que compite en la olimpiadas, no puede lograr su meta de recibir una medalla de oro y quedar en primer lugar, sino se esfuerza en entrenarse. Tiene que disciplinarse en hacer ejercicio y preparar su físico para cuando valla a competir esté mentalmente preparado con el enfoque en conquistar esa medalla. La vida de un hombre o mujer cristiano/a es casi igual pero no en el sentido físico, sino espiritual. En Efesios 6:12 dice, “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”.
Tenemos que prepararnos en el ayuno, la oración, y en la lectura de la palabra de Dios para pelear en contra los ataques del enemigo, y los tropiezos que pone en nuestro camino para hacernos caer y fallarle a Dios. Como hijos de Dios, tenemos que esforzarnos para también alcanzar nuestra victoria, y es un reto que enfrentamos diariamente. Nuestra meta no es alcanzar una medalla de oro, sino el reino de los cielos, la palabra de Dios dice, “el reino de los cielos se hace fuerte, y los valientes los arrebatan” Mateo 11:12. Porque se hace referencia a la palabra valientes, porque la misma razón que Cristo dice, “El que quiere seguir en pos de mí, tome su cruz y sígame” Mateo 16:24.
Tomar la decisión de seguir al Maestro significa dejar todo lo mundano, todo lo que la carne desea, toda esas malas costumbres, porque ahora somos una nueva criatura en Cristo, “las cosas viejas pasaron y he aquí son hechas nuevas” 2 Corintios 5:17. Cristo sabia que este camino no iba a ser fácil, porque cuando decides seguirle a Él, se levanta el enemigo y comienza a tirar dardos. La familia, nuestras amistades, los mas allegados, se pueden ir en contra y hasta los de la misma iglesia. Es un camino donde hay veces que uno se puede sentir solo y hay que constantemente arreguindarnos de la coraza de justicia que Cristo Jesús.
Pero en realidad no estamos solos, porque Dios está con nosotros, y tenemos a nuestro consolador El Espíritu Santo que nos deja sentir su presencia. Aunque el enemigo venga contra ti y los tuyos sigue peleando, por eso es que los valientes son los que arrebatan el reino de los cielos porque es una batalla constante y muchos se cansan en el camino. Dejan de orar y buscar a Dios y se dan por vencidos. Para llegar al cielo hay que trabajar fuerte, así como el atleta se prepara arduamente para competir, cuánto más nosotros que queremos llegar al cielo.
Contesta esta pregunta, ¿llegar a cielo es fácil? Hoy en día se está predicando un evangelio fácil. Donde todo es aceptable a los ojos de Dios porque El lo que mira es el corazón. Pero, lo que hay en el corazón se refleja en nuestro exterior, y Dios no solo mira lo de adentro sino lo de afuera “Todo vuestro ser espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo” 1 Tesalonicenses 5:23. No sé si en algún momento de su vida se ha preguntado, ¿Por qué hay gente llamados cristianos y nunca los veo triste?
¿Por qué se ven tan felices como si no tuvieran ninguna preocupación? Y yo aquí hundiéndome, como si tuviera un anuncio en la frente que le deja saber al enemigo, “Abierto para negocios”. Porque, honestamente, me ha pasado muchas veces. Pero me doy cuenta de algo, el enemigo nunca ataca e aquellas personas que viven una vida cristiana fácil, porque lo de el es decepcionar. El ataca e aquellos que buscan la presencia del Señor, que oran, que ayunan, que leen la Biblia porque los considera una amenaza.
Lo bonito de estar en este camino, aunque se sufre, es que creemos en un Rey que cuida de sus hijos. El a veces prueba nuestra fe hasta ver que tanto le amamos y podamos depender de Él. Acordemos, en este caminar hay muchos tropiezos, pero nuestra recompensa está en los cielos. ¡Amen!
“Nuestra fe en Dios hace que alcancemos victorias más allá de lo que podemos imaginar” RN Rivera
A veces vienen contra tiempos a nuestro diario vivir y no sabemos qué camino tomar. Perdemos las fuerzas y el ánimo para seguir adelante sin darnos cuenta de que hay otros que dependen de nosotros, como nuestro hijos o padres ancianos. Si eres unas de estas personas no te preocupes ¡No estás solo o sola! Igual a ti hay muchos que viven preocupados por el mañana. Estoy contigo, soy unas de esas personas, no es fácil sentirse que todo está bien cuando en realidad vemos lo contrario.
Es como si todo caminara hacia atrás y no hacia adelante. Lo que queda de nosotros es desesperanza, cansancio, estrés, como si estuviéramos luchando solo. Pero quiero compartir lo siguiente, Él que me ha dado fuerzas para seguir caminando en medio de todo contra tiempo, ha sido Dios. Han llegado situaciones a mi vida donde veo que todo se me trastorna al revés. He perdido trabajos, hogares, aspiraciones, sueños, y oportunidades de educación por situaciones fuera de mi control. Situaciones que llevan a una persona decir, “lo he perdido todo, no vale la pena vivir ¿para qué?”. Si te sientes igual, no todo es pérdida.
Dios tiene el poder para obrar en tu vida, en tus finanzas, en tu enfermedad, y en tu familia si se lo permites. Lo único que tienes que hacer es confiar que Él obrará a tu favor. La Biblia dice en Salmo 37:5-6: “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en Él; y Él hará”. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía”. He sabido doblar rodillas y clamar a Dios en oración que me diera fuerzas, que obrara en mi vida y cambiara mi lamento en gozo (Salmos 30:11-12). He visto su mano obrando en mi vida de una manera grande. He sentido paz en mi corazón y sé que su amor y misericordia cubre no solo a mí sino a mi familia diariamente. Dale a Dios una oportunidad y deja que Él toque tu corazón.
¡Cuando La Decepción Llega!
Hay veces cuando la decepción toca tu corazón porque has creado metas para cumplirse en cierto tiempo y nunca se pudieron lograr. Llegas a una etapa -sea por edad o enfermedad- donde no se pudo cumplir tales metas y decides darte por vencido/a y te sientes derrotado/a. El problema es que has trazado un mapa para tu vida creyendo que ese es el camino correcto, pero en Proverbios 4:12 dice, “Hay camino que al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte”.
¿Qué sucede cuando decidimos tomar un camino equivocado para alcanzar una meta y fallamos? Lo más común que hacen muchas personas es culpar a Dios, "¿Por qué dejaste que esto sucediera?" ¿Por qué no me lo dijiste? El problema es que hay muchas formas en las que Dios puede hablarnos para advertirnos, pero nos volvemos ciegos a sus advertencias. Ya hemos trazado un camino para nuestras vidas y no incluimos a Dios en esos planes. por eso, cuando no vemos nuestras metas realizadas, nos frustramos y enojamos incluso con Dios.
Pero ¿tiene Dios la culpa? ¡La respuesta es no! Por ejemplo, hay personas que entran en una relación pensando, "Sé que esta es la persona adecuada para mí", "esta es mi alma gemela" sin mirar los antecedentes de esa persona o contar con la guía de Dios. ¿Cuál es el resultado? Esa persona que pensabas que era tu alma gemela se convirtió en tu peor pesadilla. Piensa en esto por un momento, cuando estés por dar un paso del que no estás seguro, cuenta con Dios y ora.
Es posible que no vea la respuesta de inmediato, pero él responderá. Puedes estar seguro de que Él no te desviará. En Proverbios 3:5-6 dice, “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas”. Dios te conoce todo sobre nosotros, recuerda que nos creó a su imagen y semejanza (Génesis 1:27). Es bueno establecer metas para sí mismo, pero hazlo contando con Dios y Él te ayudará en cada paso del camino. Yo misma he pasado por esto y déjame decirte que no fue fácil.
Desde mis 20 años comencé a establecer metas para mi vida para cumplirse en un período de tiempo determinado. Quería ir al colegio, tener un buen trabajo, estar casada, tener mi casa, carro y todo lo que era necesario para ser feliz. Y claro, no es malo anhelar todo esto, pero no conté con Dios. Oré para que Dios me ayudara a alcanzar mis metas, pero no le pregunté a Dios si este era su plan para mi vida. En otras palabras, le dije a Dios lo que “yo” quería y no le pregunté lo que Él quería para mi vida.
Cuando comencé a ver que mis metas no se cumplían y sentir que la vida me pasaba, comencé a enojarme y, por supuesto, a cuestioné a Dios. Pensé que orar pidiéndole a Dios lo que yo quería y que El me escucharía era lo suficiente para cantar victoria, pero todo este tiempo Él estuvo callado. Lo que sentí fue decepción, no en Dios, sino en mí misma. Tuve que aprender por las malas que contar con Dios es la diferencia entre ir por el camino correcto con Su bendición, que no contar con Él y tener que recorrer por otro camino para solo terminar en la derrota.
Todavía estoy aprendiendo, Dios tiene una manera de enseñarnos y hacernos ver las cosas desde una perspectiva diferente. Todo lo que tenemos que hacer es confiar en Él para que nos guíe en el camino. Así que ahora, cada vez que oro, le pregunto a Dios: "¿Es esta tu voluntad para mi vida"? En el libro de Salmo 37:5 dice, “Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará”. Ahora te pregunto, ¿Confiarás en Dios para que Él guie tu camino?
¡Que Dios te bendiga grandemente!
¡Su Legado!
Esta tarde tuve una conversación con una mujer que ha sido una inspiración a mi vida y crecimiento espiritual. Una mujer que ha dedicado casi toda su vida a Dios y ha dejado un legado muy especial en la vida de aquellos que han sido tocados por Dios por medio de ella. ¡Esa mujer es mi mamá!
Ella ha pasado por muchas tribulaciones, batallas, y desencantos; pero en medio de todas, nunca permitió que su fe mengüara. Al contrario, las pruebas la motivaban a acercarse más a Dios, pues ella sabía en quien había confiado. Le entrego su corazón a Dios a la edad de 18 años. Desde entonces, ha compartido la palabra de Dios y muchos han recibido a Cristo como su salvador, sanados de su enfermedad, y liberados de las cadenas que los ataban.
Ella caminaba muchas millas repartiendo tratados y llevando el evangelio, todo lo que hacía era con amor a la obra de Dios. Trabajaba mano a mano con sus pastores y en la iglesia por muchos años, hasta el momento que Dios la llamo junto a mi padre a ser pastores. Por la gracia de Dios han cumplido 34 años en el pastorado.
Mi mamá continúa siendo una mujer de ayuno y oración y desde que yo era niña inculcó en mi la importancia de la oración, el servicio hacia Dios, tener compasión por las almas que se pierden, no rendirme en medio de la adversidad y poner todas mis inquietudes en las manos de Dios. En Salmo 37:5 dice, “Encomienda á Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará”.
Ese es el legado que mi mamá ha impartido en mí y le doy gracias a Dios por darme una madre como ella. Ahora que soy madre de dos hijos, sigo el mismo camino, enseñándole a ellos lo que aprendí desde niña.
reflexión
Si tomamos el tiempo con nuestros hijos desde una temprana edad a ensenarlos a orar, leer la palabra de Dios y el amor de Cristo hacia ellos, cuando sean adultos -si deciden apartarse de los caminos de Dios- la semilla quedo plantada. Vendrá el momento cuando Dios haga que esa semilla germine.
Hágase esta pregunta: ¿Qué legado le dejaré a mis hijos? Es bueno preparar a nuestros hijos para el futuro, creo que es igual o más importante prepararlos para el reino de los cielos. Aprecio mucho a mi mamá por sus sacrificios y los consejos que me daba en mis momentos más difíciles. Este es el legado que mi mamá me dio la cual ha marcado mi vida, en Proverbios 22:6 dice, “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”.
Referencias:
Salmo 37:5
Proverbios 22:6
Paciencia es una virtud consistente en soportar con resignación infortunios, trabajos, ofensas, etc. sin lamentarse (Significado, 2021)”. El origen de esta palabra es latín, proviene del verbo “pati” que significa “sufrir”, por lo tanto, la paciencia se ve reflejada cuando una persona soporta en silencio situaciones desagradables (Significado, 2021). En Gálatas 5:22-23 dice, “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, fe, bondad, Mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley”.
“La paciencia es virtud” y a veces perdemos la paciencia cuando las cosas no salen como esperábamos. Hasta en nuestra propia familia pasan situaciones que merita tener mucha paciencia; sino son las finanzas, son los hijos, o problemas dentro del matrimonio. Estos son momentos donde puedes contar con Dios para que le guíe por medio de su palabra. En 1 Pedro 5:7 dice, “echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros”. Quiero compartir mi propia experiencia y como tuve que depender de Dios durante este proceso.
Soy madre de dos varones adolescentes, el mayor tiene 17 y el menor tiene 16. Créanme cuando les digo que he tenido clamar a Dios que me colme de paciencia. Mi hijo mayor fue diagnosticado con el Trastorno por déficit de Atención e Hiperactividad (ADHD por sus siglas en inglés) y trastorno de oposición desafiante (ODD por sus siglas en inglés) a una edad muy temprana.
El ADHD afecta todos los aspectos de la vida de una persona, su educación, sus destrezas sociales y laborales (CHADD, 2020). Mi hijo tuvo muchas dificultades en la escuela, los profesores no querían lidiar con él porque era bien inquieto, se distraía fácilmente y no se comportaba. Él no retenía la materia como otros niños y necesitaba bastante apoyo; su nivel de aprendizaje era mínimo comparado a sus compañeros de clase.
¡Añádele autismo unos años después y hasta ahí llego mi paciencia! Claro que lo digo en una forma jocosa, pero he tenido que pedirle mucho a Dios que me ayudara. He luchado por mi hijo contra el sistema escolar desde que estaba en segundo grado. Durante este tiempo no sabía que él tenía ADHD, he soportado humillaciones por los mismos profesores y consejeros en las reuniones de la escuela.
Me hacían sentir culpable por la condición de mi hijo y como madre, fue frustrante tener que soportar tanto. Tenía preguntas y no recibía respuestas. He llorado muchas lágrimas, me sentía como que me estaba ahogando sin encontrar salida. Tuve que doblar rodillas y pedirle a Dios que me diera fuerza y tranquilidad para no tomar una decisión que pudiera afectar a mi hijo. Un día, decidí escribir una carta a la escuela solicitando una evaluación para determinar los tipos de dificultades y obstáculos que impedían que mi hijo alcanzara sus metas educativas.
Fui a la escuela y la puse en manos de la principal, más, sin embargo, ella la rechazó. Me fui triste, pues pensaba que entre más tiempo pierdo, más mi hijo se perjudica. Aunque me sentía desesperada, no perdí mi confianza en Dios y un día inesperado llego el momento más anhelado, la ayuda que tanto necesitaba. 1 Juan 5:15 dice, “Y, si sabemos que Dios oye nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido”. Por fin, pude obtener asistencia de una agencia que se dedica é ayudar a los padres navegar a través de un sistema educativo que no funciona.
Programaron reuniones con la escuela de mi hijo y le exigieron que se realizara una evaluación. Al terminar la evaluación, recomendaron un plan educativo individual (IEP por sus siglas en inglés) y finalmente fue transferido a una clase que satisfaría sus necesidades educativas. Determinaron que él tenía ADHD y OBD, en el 2019 fue diagnosticado con autismo. Gracias le doy a Dios que me dios las fuerzas para poder superar esa situación. Si me hubiéra adelantado al plan de Dios, hubiése fracasado.
En Miqueas 7:7 dice, “Mas yo a Jehová miraré, esperare al Dios de mi Salvación, El Dios mío me oirá”. Si usted está pasando por la misma situación o similar, no te desesperes, pídele a Dios y Él te abrirá puertas.
Referencias Bíblicas: 1era Corintios 13:4-5; Salmo 37:7; Salmo 27:14;
Romanos 12:12; Romanos 8:25; Gálatas 5:22
Recursos:
AUSTIMS SPEAKS
https://www.autismspeaks.org/que-es-el-autismo-espanol
CHADD
https://chadd.org/understanding-adhd/recursos-en-espanol/
KIDS HEALTH - NEMOURS
https://kidshealth.org/es/parents/pervasive-develop-disorders.html
La Biblia dice en Romanos 3:10: “Como está escrito: No hay un justo ni uno”. En este caminar le puedo asegurar que no hay un cristiano perfecto. Pero sí, hay quienes han dedicado su vida a Dios y aunque no son perfectos, intentan vivir una vida según la voluntad de Dios. Esto no significa que la tentación, debilidad, enojo, y tristeza no llegue a nuestras vidas. Pues estas cosas vendrán porque vivimos en un mundo donde satanás no deja de perseguir a los hijos de Dios.
Pero tenemos la armadura de Dios que nos ayuda a enfrentarnos a tales ataques, pues nuestra batalla no es física sino espiritual (Romanos 6:10-11). En Santiago 4:6-8 dice, “Someteos pues a Dios; resistid al diablo, y de vosotros huira”. El Espíritu Santo es esencial en nuestras vidas, pues por medio de Él, Dios nos habla. Nuestra vida espiritual engendra una relación más íntima con Dios y aumenta nuestra fe. Nos da la autoridad en contra las fuerzas malignas que nos atacan constantemente.
Nosotros no estamos exentos de pasar por pruebas y tribulaciones. Hay que pedirle a Dios que nos proteja de cualquier trampa del enemigo para hacernos caer. Recuerda, tenemos una nube de testigos esperando para señalarnos y eso es lo que el enemigo quiere. No somos perfecto, pero la sangre de Cristo nos cubre de todo pecado, lo importante es no caer. En Mateo 16:24 dice, “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.” En este versículo, Cristo aconseja a sus discípulos que se abnieguen de todo deseo carnal y pecaminoso y que lo sigan a Él, sin importarles lo que le podía costar.
Él sabía que para este tiempo venia persecución y tiempos difíciles, pero dejó establecido que iba a estar con nosotros todos los días de nuestras vidas (Mateo 28:20). Vale la pena esperar en Dios y en sus promesas. Esa es la esperanza del cristiano, de un día encontrarnos con aquel que nos dio vida y vida en abundancia (Juan 10:9-11). ¿Cuáles son algunos pasos que podemos tomar para acercarnos más a Dios?
Referencias Bíblicas: Romanos 3:10-18: Juan 10:9-11; Juan 5:39; Mateo 16:24; Romanos 6:10-11; Santiago 4:6-8; Salmos 119:105; Mateo 17:21; Mateo 28:20; Salmos 122:1; Juan 14:1-6; Hebreos 10:25
Anoche, mientras estaba sentada en mi cama antes de orar para ir a dormir, estaba mirando un mensaje por la televisión. De momento miré hacia la consola y noté que encima de ella había unas partículas del polvo que parecían diamantes muy pequeños con un brillo impresionante en medio del resto del polvo. Inmediatamente pensé, “ay, tengo que limpiar esta consola mañana si Dios lo permite”. Al mismo tiempo me vino un pensamiento; las partículas de diamantes representan al cristiano, el polvo representa el mundo y todas las cosas que nos impide acercarnos a Dios.
Estamos viviendo una época donde las redes sociales han dominado nuestra sociedad, particularmente la juventud y desafortunada-mente a muchos cristianos. Se ha perdido el enfoque y su vida espiritual ha menguado como resultado. La Biblia dice en 1 Juan 2:15 y 16, “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, la concupiscencia de la carne, y la concupiscencia de los ojos, y la soberbia de la vida, no es del Padre, mas es del mundo.”
Cuando se comienza a vivir una vida desenfocada en Dios, se pierde el deseo de orar, leer la Biblia, y tener un acercamiento más a Dios. Hemos olvidado la razón por cual vinimos a Cristo en primer lugar, su salvación para nuestras vidas y la esperanza de estar con Él un día. Tenemos que desarraigarnos de esas cosas que nos impide crecer espiritualmente y pedirle a Dios que nos ayude a resistir las tentaciones que el enemigo pone en nuestro camino. En el libro de Santiago 4:7 dice, “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
No permitas que el mundo te convierta en polvo, sino que batalla para que sigas como diamante. Dios nos da las herramientas necesarias para combatir contra todo ataque y tentación del enemigo. Hace un tiempo atrás tuve una conversación con una persona que lleva en el evangelio más de 40 años sobre este mismo tema de las redes sociales y como ha afectado la vida espiritual de muchos cristianos. Esta persona era líder y trabajaba mano a mano con el pastor de su iglesia.
Pero, algo inesperado ocurrió que cambió su vida espiritual y afectó su relación con Dios de tal manera, que pasó de ser un líder admirado por muchos a un cadáver espiritual. Durante nuestra conversación, me informó que el veía muchos videos en YouTube de predicaciones, alabanzas, y estudios bíblicos para su edificación espiritual. Un día, mientras navegaba por unos videos, apareció uno promocionando un concurso de mujeres en traje de baño. Explicó que a partir de ese momento su curiosidad se elevó y comenzó a buscar videos que fueran sexualmente explícitos.
En Gálatas 5:19 dice, “Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad”. Ese cambio se hizo evidente en la iglesia, pues ya no estaba tan activo como solía ser y cuando predicaba no se sentía la presencia del Señor. Dejo de ser aquella persona que muchos admiraban; en Santiago 1:15 dice, “Después, cuando la pasión ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte”. Pero Dios siempre llega a tiempo cuando más lo necesitamos, nos perdona y restaura. Lo importante no es solo levantarse, sino quedarse de pies.
Es bueno compartir con nuestros hermanos y amigos en las redes sociales como Facebook, Instagram, YouTube, etc. Siempre recordando que Dios debe tener prioridad y no permitir que las redes sociales ocupen su lugar. Que nuestra vida brille como el diamante en una sociedad que no quiere conocer a Dios; que no nos volvamos complacientes con las ofertas de este mundo.
Referencias Bíblicas: 1 Juan 2:15-16; Santiago 4:7; Gálatas 5:19; Santiago 1:15
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